El mensaje de la oscuridad
Pamela Kribbe canaliza a Jeshua
Queridos amigos,
Soy Jeshua, os saludo a todos. Para mí, es una alegría estar aquí, con vosotros. Estamos conectados como hermanos y hermanas. Juntos, traemos una nueva ola de consciencia al mundo. Intuidlo por unos instantes.
Sois portadores de una antorcha; lleváis con vosotros una luz interior. Visualizaos alzando una antorcha encendida cuya luz se difunde en la oscuridad. Inicialmente, vuestro cometido es iluminar con esa luz vuestra propia oscuridad. Nada más nacer en esta Tierra, llena de miedo, de espejismos y de desconfianza hacia la vida, empezáis a tomar parte en este mundo y en sus intentos de evadirse de sentimientos profundos. Desde el momento en que nacéis y a lo largo de toda vuestra infancia y adolescencia, afrontáis el reto de intentar manteneros fieles a vuestra luz, a quienes sois y a lo que sentís. ¡En verdad, un reto enorme!
¡Qué maravilloso es que lo hayáis superado y que estéis aquí presentes, con vuestra antorcha encendida! Para vuestros adentros quizás penséis: «Me ha costado muchísimo». O quizás también: «No lo he superado en absoluto, me siento solo y abandonado». Pero nosotros os vemos aquí juntos, por tanto, sabed que no estáis solos. Numerosos amigos afines y guías de «este lado» se hallan aquí, con vosotros. Os vemos como portadores de luz, así que ¡confiad en ello!
La vida os da, para empezar, vuestra propia porción de «oscuridad», por así llamarla. Hacéis frente a miedos internos y a circunstancias externas que aparentemente no sois capaces de manejar. Sin embargo, esas circunstancias y emociones difíciles son justamente lo que atrae vuestro más hondo conocimiento, vuestra esencia, vuestra luz interior. La luz de vuestra propia alma se os hace visible precisamente a raíz de su «noche oscura». Lo que puede guiaros a través de la noche oscura del alma no es una luz que venga de fuera, sino solamente vuestra luz interior, ya que os remite a vosotros mismos y a vuestros propios recursos internos. Cualquier cosa externa a la que pudieseis agarraros se derrumba. Quedáis sentados a solas en «un suelo desnudo». Únicamente podéis obtener ayuda desde dentro de vosotros, desde vuestra propia fuerza interior.
Cada uno de vosotros conoce esa experiencia de depender de uno mismo, de tener que soltarlo todo y de renacer a la luz del alma con el fin de vivir un nuevo amanecer: un nuevo comienzo en el que vuestra alma tiene una mayor presencia en la Tierra. Eso es lo que la oscura noche del alma también hace por vosotros. Además del hecho de llevaros a abandonar toda certidumbre externa y a prestar atención a ciertas emociones profundas, a veces muy oscuras, también os trae una nueva perspectiva, una nueva consciencia de la realidad. Una vez que habéis llegado a este punto, la luz de vuestra antorcha brilla no solo para vosotros, sino que también ilumina el camino de otros, a menudo sin que lo sepáis.
No es necesario que hagáis grandes cosas para lograrlo, pues es algo que sucede de forma natural. Vuestra consciencia cambia porque descubrís el significado del amor y la compasión dentro de vosotros. En verdad, solo asimiláis el verdadero alcance de ese significado cuando vosotros mismos os halláis en un pozo sin fondo. Es entonces cuando comprendéis el poder de una mano tendida, la falta de prejuicio o el sentido de la amistad, y lo cultiváis, primero y ante todo, en vosotros mismos. Una vez que habéis experimentado esa benevolencia para con vosotros, esta os acompaña durante las contracciones del proceso de parto y volvéis a nacer como un nuevo «yo», con un corazón tierno y abierto, un «yo» conectado. No un «yo» que, por miedo, tiene que pelear para sobrevivir, sino uno que se permite estar completamente presente, con serenidad y bondad. Entonces os convertís en trabajadores de la luz, en seres que ayudan a moldear la nueva era en la Tierra.
Quisiera decir algo sobre esa nueva era, pues ya está brotando en la Tierra. Ya no es una visión del futuro —¡está aquí y ahora! Gracias a vuestros esfuerzos, y a los esfuerzos de muchos que pasaron por el mismo proceso que vosotros, la nueva Tierra está empezando a asomar. Este es un acontecimiento que habéis estado esperando durante largo tiempo. No solo en esta vida, sino también en muchas otras en las que os guió la promesa, la visión de una nueva Tierra en la que vuestra alma pudiera estar aquí presente totalmente conectada consigo misma; en la que por fin pudierais sentiros como en vuestro Hogar en este pequeño planeta tan especial.
Percibid durante unos instantes hasta qué punto sentís ya esa realización; hasta qué punto sabéis ya que estáis conectados con la Tierra. Cuanto más presentes estéis aquí con vuestra alma, mayor impulso cobra la Tierra y más se despierta y fluye con esa nueva luz que habéis venido a traer. No os subestiméis. Sí, lo que hacéis con vuestra luz es por vosotros, pero también por la Tierra y todo lo que en ella vive. La Tierra os sigue por ser quienes sois.
Sois trabajadores de la luz —traéis luz a la Tierra. Imaginad que estáis sentados en el suelo en algún precioso lugar de la naturaleza. Por debajo, sentís la paz y la armonía de la Tierra. Conectáis con ella, con el alma de la Tierra, e intuís que ella también anhela un cambio, una expansión de consciencia. Y quiere conseguirlo estando conectada con vosotros y con la humanidad en su conjunto.
La Tierra también está involucrada en este proceso dinámico; sentidlo. Permitid que el alma de la Tierra aparezca ante vosotros en forma de ser humano o de animal, y permaneced con la imagen que espontáneamente surja en vuestra mente. Preguntadle qué es lo que desea, qué es lo que quiere lograr mediante su evolución, su proceso de crecimiento. Preguntadle al alma de la Tierra qué podéis hacer por ella en estos momentos; cómo podéis ayudarla en su desarrollo.
¿Qué es lo que su respuesta genera en vosotros? ¿Sentís que lo que os pide es algo que también os nutre a vosotros, que os conecta con la Tierra y que os proporciona descanso y armonía? El arte de vivir en la nueva Tierra consiste en estar totalmente conectados con su esencia, la cual también está presente en vosotros como seres humanos; consiste en estar conectados con vuestra propia naturaleza humana en tanto y cuanto criaturas terrenales.
El nuevo ser humano está completamente arraigado y presente. Respeta los ritmos de la Tierra y de la naturaleza, dentro y fuera de sí mismo. Sentid el poder de la nueva Tierra fluir hacia vosotros. Ya vive en vosotros y en la propia Tierra. Dejaos llevar por lo nuevo, pues os está llamando. La nueva Tierra desea crecer y florecer.
Generalmente, la noche oscura del alma lleva a la persona al umbral de lo nuevo, algo totalmente cierto en vuestro caso. Me dirijo a vosotros como las almas que sois. Habéis estado en este camino durante largo tiempo. Habéis hecho un largo viaje a través de infinidad de vidas en la Tierra. Y habéis mantenido vuestra luz encendida al tiempo que lidiabais con intensas experiencias de dolor, desolación y rechazo.
Hoy, en el umbral de los nuevos tiempos, las viejas energías y esa densidad que durante tanto tiempo habéis experimentado en la antigua Tierra os siguen poniendo a prueba. Pero, ahora, vais a soltar y dejar atrás todo eso, aunque solo podéis despediros de algo cuando lo honráis, cuando sois capaces de apreciar lo que os ha dado y lo dejáis ir con amor. Todo el dolor acumulado en esta vida y otras pasadas necesita de vuestra bendición para poder ser liberado. Solo entonces podréis cruzar el umbral, libres y sin cargas, como los ángeles que en esencia sois.
Por lo tanto, honrad la noche oscura del alma y el mensaje que trae consigo. A partir de ahora, cuando experimentéis esa oscuridad, dejadle ver lo fuertes que os habéis hecho, los muchos pasos que ya habéis dado en vuestro viaje interior. Sois mucho más fuertes que el dolor, el miedo, la tristeza, la depresión… ¡Lo que sea! A la oscuridad podéis mostrarle compasión; podéis bendecirla. Esto significa que podéis tenderle una mano y decirle: «Tal como eres está bien; te comprendo. No lucho contra ti; dentro de mí, hay un lugar para ti. Eres un recuerdo de las vivencias pasadas y de lo mucho que he aprendido de ellas». Entended que es precisamente gracias a esos picos y valles que habéis atravesado a lo largo de vuestras vidas en la Tierra por lo que ahora hay en vosotros una sabiduría madurada en vuestro interior; por lo que realmente sois capaces de comprender desde dentro lo que significan el amor, la compasión y la fortaleza. Porque para vosotros se han convertido en una realidad vivida.
En eso consiste la consciencia de Cristo que entonces despierta en vuestro corazón, en vuestro ser. Es lo que os lleva a cruzar el umbral de la nueva era, en la que todos vuestros ideales por fin adoptarán un ritmo y una cadencia adecuados para vosotros y para la Tierra. Aquí, lo importante es que os deis cuenta de lo valiosa que es la noche oscura del alma, por la que quizás estéis pasando todavía. Es algo que debe ser nuevamente contemplado a la luz del amor y la comprensión. Solo entonces puede aflojarse y disolverse, si bien os lleváis con vosotros la sabiduría del pasado. Tal es el fruto de vuestro viaje en la Tierra.
Por lo tanto, cuando os halléis lidiando con densas emociones de miedo u os preguntéis si realmente hay un lugar para vosotros en la Tierra u os sintáis como forasteros y experimentéis soledad y dudas persistentes, vedlo todo como si se tratara de un niño. Dadle a todo eso el rostro de un niño que expresa todas esas emociones que aún perviven en vosotros. Tendedle una mano a ese niño y bendecidlo. ¡Se merece tanto vuestra atención y vuestro amor! Pero no hagáis de esto algo más complicado de lo que es. La noche oscura del alma es un proceso prácticamente imprescindible antes de que crucéis el umbral de la nueva Tierra.
Tomad de la mano a ese niño que carga con vuestras emociones más densas; acompañadlo y ayudadlo, pero sin olvidar quiénes sois. Sois el padre o la madre, amorosos y comprensivos, que lleva a ese pequeño de la mano. Podéis ver más lejos que él. Ya podéis ver más allá del umbral. Sentís la pujante fuerza vital de una nueva realidad que os aguarda. Ofreced una atención serena a ese niño que aún puede que se resista o tenga miedo. Por otra parte, permaneced conscientes de la nueva realidad que en estos momentos está arraigándose en la Tierra.
Yo, y todos los que están aquí conmigo, os honramos y respetamos. Sentid nuestra reverencia, aquí y ahora. Gracias por vuestra presencia de hoy.
© Pamela Kribbe
Traducción de Laura Fernández
One thought on “El mensaje de la oscuridad”
Muchas gracias¡¡¡
Es fascinante esta visión de los episodios de oscuridad como crisis de crecimiento hacia la luz.
Los “límites” y dificultades pueden ser transformados entonces en “orilla” de una realidad más plena.
Esta complementariedad nos permite aceptar el sufrimiento que nos han podido y hemos podido causar y transmutarlo en felicidad.
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Lo que este mensaje expone de manera tan bella y cordial anima a seguir confiadamente el sendero del corazón, la no violencia y la ternura hacia la esperada Tierra Nueva que florece desde nuestro interior.