El Nacimiento del Amor en la Tierra
Pamela Kribbe canaliza Jeshua
Queridos amigos,
Soy Jeshua, tu amigo y hermano, un alma gemela. No soy un otro distinto a ti, porque yo estoy dentro de ti.
En la Tierra, fui el portador de una nueva energía, de la vibración de la conciencia del corazón que ahora está despertando a gran escala. La conciencia del corazón en tu interior es cada vez más palpable. Yo soy, aquí y ahora, la voz viva de la conciencia del corazón. Por lo tanto, no soy otro, estoy en de ti. Me conoces. Ya has escuchado el llamado del corazón. No puedes vivir con y en una conciencia basada en el miedo, en la lucha, en una lucha constante por la supervivencia, en la pobreza emocional.
La conciencia del corazón a la que todos vosotros aspiráis, y de la que yo fui un representante temprano, está directamente conectada con vuestra alma. Es esencialmente una conciencia que nace de la fusión del alma y el ser humano. La conciencia del corazón, o el amor, también existe más allá de la esfera terrestre, pero es precisamente en el ser humano, con todos sus altibajos, que la conciencia del corazón o del alma se manifiesta en amor.
El amor es una energía única, la única que puede abrazar al mismo tiempo la luz y la oscuridad, y tratarlas como iguales. El amor siempre implica una profunda comprensión de lo “humano” y una profunda aceptación él. Simplemente observa cómo se siente cuando amas a alguien de verdad. Cuando sientes un amor verdadero por otra persona aceptas tanto su lado luminoso como su lado oscuro. Ves la fusión, la interacción de la luz y la sombra en el otro: tanto los miedos con los que lucha como sus cualidades hermosas y puras; y aceptas toda esta interacción de fuerzas. No solo estás enamorado de la luz en el otro. No, ves la totalidad en esa persona y quieres vivir con todo eso. El amor tampoco busca el cambio. Acepta plenamente lo que es y se conforma con ello. El amor es, por lo tanto, una energía de abundancia por excelencia. Todo es bueno tal como es. “Veo tu belleza, incluso si luchas contra el dolor o el miedo, la ira o la resistencia.” El amor ve a través de la belleza. Por lo tanto, el amor no es una energía que exista dentro de la dualidad. Es una energía que la trasciende, y, por ende, puede abarcar al mismo tiempo la luz y la oscuridad.
Esa es la conciencia que desea nacer en la Tierra en este momento. Especialmente a través de todos ustedes, a través del individuo, a través de personas únicas. El amor no es una estructura que pueda ser impuesta desde arriba. Es una energía viva, cálida y consciente. Es una energía que quiere establecerse aquí en la Tierra. El amor nace en la fusión de vuestra alma con vuestra humanidad. En el amor regresáis a «casa» — experimentáis la seguridad de la que habéis carecido durante tanto tiempo. Casi todos en la Tierra carecen de un sentido básico de seguridad. ¿Cómo podéis desarrollaros —ser vosotros mismos, como se dice— si carecéis de un sentido básico de seguridad? Hay un vacío, un aislamiento en vuestros corazones, y, como resultado, os sentís alejados de la seguridad, de la sensación de protección y unión, de pertenencia. Esta sensación de aislamiento o rechazo genera mucha inquietud dentro de vosotros.
Es natural buscar fuentes externas de seguridad ante la soledad y o el aislamiento: adquirir posesiones, ser exitoso, forjar una carrera, conocer gente, tener muchos amigos. Sobre todo, en el sentido externo. También las relaciones, la familia – existen muchas estructuras externas en el mundo humano que aparentemente os protegen de sentir ese vacío interior, esa falta de seguridad esencial. La sociedad, como está concebida hoy en día, se rige por esa sensación primaria de inseguridad. De ahí vienen el ritmo frenético, la inquietud, la búsqueda constante, el establecimiento de metas y su consecución. Pero si eso surge de una profunda sensación de inseguridad y carencia, la verdad es que nunca se llenará del todo; siempre existirá ese vacío interior que os atormenta, que se siente como una herida abierta. Toda satisfacción parece temporal, fugaz. Por eso, todas las metas externas que os fijáis, incluso si son elevadas e idealistas, no pueden despertar verdaderamente la consciencia de vuestro corazón si antes no habéis experimentado la conexión con vuestra propia alma, con aquello que os creó, con aquello de lo que sois la manifestación externa. Esa manifestación externa eres tú —aquí y ahora— en tu cuerpo, este cuerpo, esta personalidad, moldeada por tus genes, tu historia familiar y por el país donde naciste y su cultura. Todos estos factores te hacen ser quien eres. Pero, en un ultima instancia, hay una fuente, un origen para todos estos elementos. Esa fuente está fuera del tiempo, fuera de tu personalidad. Esa es el alma. Siente ahora la realidad del alma. Primero, siente su misterio. Siente que no entiendes lo que es. Está ahí, pero escapa a todo los conceptos y marcos mentales, a todas las categorías.
Pide una imagen: «¿Quién o qué es mi alma?». Observa si alguna imagen viene espontáneamente a tu mente. La fantasía o el pensamiento visual a menudo superan al intelecto y, por lo tanto, pueden expresar más que las palabras. Siente en tu interior: “Soy un misterio. Constantemente hay pensamientos, sensaciones y emociones que van y vienen dentro de mí, y también hay algo dentro de mí que siente y percibe todo esto. Hay un espacio en mi interior que abarca la luz y la oscuridad, los pensamientos positivos y negativos, las emociones, algo que lo mantiene todo unido”. Siente dentro de ti: “Soy un misterio. Todo lo que hago y soy, a pesar de los marcos externos, no pueden contener quien soy.”
Entonces, siente que eres independiente y libre. Algo dentro de ti es mucho más grande que tu personalidad terrenal, más grande que lo que te han dicho, más grande que lo que has absorbido de tu entorno; invoca a ese ser libre e independiente que llevas dentro. ¡Invoca a tu alma! Su único deseo es unirse a ti. El alma es misteriosa, pero no es abstracta. El alma está muy presente, tiene objetivos claros, es muy concreta y centrada.
Pero a menudo te sientes perdido, a menudo te pierdes, lanzado a una realidad, a un mundo desconocido para el alma, que niega ese misterio, que quiere explicarlo todo con palabras, mediante reglas y leyes. El alma quiere volver a este mundo — quiere inspirarte. Siente el poder de tu alma. Tu alma también está internamente conectada con tu cuerpo. Sin tu alma, no respirarías, no vivirías. No naciste de una semilla y un ovulo. Naciste del Poder Divino, de la Voluntad Divina. Eres parte de ese Poder Divino y de esa Voluntad Divina. Siente la fuerza inmensamente poderosa de tu origen. Imagínalo ante ti como un manantial de agua cristalina, fresca, pura y brillante que fluye a través de ti. Puedes imaginarlo como una ducha, o imagínate sentado en un arroyo de montaña, sintiendo el agua cristalina que te rodea. El agua te recuerda tu origen, y te recuerda que eres libre e independiente de todas las ideas limitantes de este mundo. Siente que eres joven, sin importar tu edad. Siente nuevamente tu juventud.
Hoy hablamos del niño interior. El niño simboliza la juventud eterna del alma. El deseo más profundo del alma es vivir siempre, descubrir, experimentar, tomar conciencia de lo divino que lleva dentro en diversas formas y revelarlo a sí misma y a los demás. El impulso más profundo del alma es la alegría, y la alegría pertenece a la juventud y la espontaneidad.
Regresa al reino del alma. Déjate tocar por el agua viva, esa fuente que llevas dentro. Arroja al agua todo el cansancio y la negatividad que has experimentado recientemente, simplemente deja que se desvanezcan. ¡Rejuvenece! Es tu destino ser joven. La idea de envejecer es una ficción, una invención humana. La vida es un ciclo continuo de crecimiento y renacimiento. Todo lo que es viejo y puede morir no es esencialmente parte de ti. Recuerda que, una vez te sentiste completamente libre, independiente, poderoso y, al mismo tiempo y quizá precisamente por eso, tan seguro, conectado con el todo, libre para explorar, para investigar – después de todo, nunca abandonaste realmente tu hogar, tu fuente. En realidad, no estás solo, aislado ni rechazado. En cuanto sientas la luz viva dentro de ti, nuevamente lo sabrás. Es natural sentirte así; no es algo que tengas que adquirir a través de cursos, capacitaciones o talleres.
Sentir tu luz interior es lo más natural que existe. El hecho de que a menudo no lo sientas demuestra lo increíblemente antinaturales que son las energías en esta realidad, a menudo basada en el miedo. Estás aquí para generar un cambio. Al escuchar la voz de tu alma, generas un cambio. Principalmente para ti, porque conectas más profundamente con tu espontaneidad y tu individualidad. Y, al mismo tiempo, esto genera un enorme efecto en el mundo que te rodea, sin que lo intentes, sin que necesariamente lo quieras decir. Concéntrate en ti mismo. Escucha, recuerda nuevamente. La libertad está dentro de ti, y también lo está la seguridad. La voz de tu alma es como la música. La música puede devolverte a la esencia, a la verdad, a la claridad en solo unos instantes. Así es como reconoces la voz del alma: te calmas por dentro y nuevamente lo sabes: “Sí, así es”. Es simple, el alma no es complicada.
Quiero contarles algo sobre su destino en la Tierra en este momento. Al principio mencioné la conciencia del corazón, de la cual fui un representante temprano, y la cual ahora está empezando a despertar cada vez más. Por eso estamos aquí. Hay un llamado en vuestros corazones. Por eso estoy aquí. Yo, y muchos otros, estamos profundamente involucrados en los cambios que se están produciendo en la Tierra. La conciencia humana, la conciencia colectiva o de masas, está estancada. La gente está estancada. La Tierra en su conjunto se ve amenazada por la alteración del equilibrio de la naturaleza, de la coherencia de la vida. Hay un anhelo de cambio, de un nuevo comienzo. Podrías resumirlo así: la humanidad anhela amor, y el cambio nace del amor. Vosotros sois los que venís a traer algo nuevo. Desde lo más profundo de vuestro corazón, desde vuestra comprensión de lo humano, traéis una conciencia que trasciende la dualidad.
Os digo esto, dirigiéndome a vosotros, a un grupo de almas que, durante muchas vidas, se han sentido profundamente comprometidas con la transformación de la conciencia humana: con esto me refiero a trascender el miedo y la lucha.
Muchos de vosotros os habéis desilusionado de la vida en la Tierra y os sentís angustiados. Experimentáis cómo vuestra propia vibración natural no se alinea con el mundo que os rodea. Esta es una de las causas de vuestra sensación de rechazo y soledad, de no pertenecer, de no encajar, de ser diferentes. Desde esta perspectiva, podéis formaros juicios sobre esta realidad. Esto es precisamente lo que habéis hecho. También os hablo de vidas pasadas en las que estuvisteis en la Tierra e intentasteis traer luz a la oscuridad. A menudo vuestra contribución fue rechazada. Vuestros esfuerzos, la luz que queríais traer no fueron lo suficientemente vistos ni escuchados, e incluso fuisteis condenados o castigados por ser trabajadores de la luz. Esto ha causado traumas en vuestros corazones y mentes, haciendo que os resulte menos natural conectaros con este mundo.
Les hablo a quienes sienten y experimentan esto, y a quienes luchan por desplegar sus alas, por sentir y seguir verdaderamente su inspiración en la Tierra. Este es un tiempo de cambio necesario. Sois llamados a mostraros. No a través de la lucha, ni de la dualidad, sino a través de la voz del amor. El primer, y de hecho el único paso que necesitas dar es liberarte. Entonces podrás volver a escuchar la música, la melodía de tu propia alma, y seguir la alegría, tus deseos, esos a lo que otros podrían decir: “Eso es imposible,” “eso no es posible,” “estás loco,” “no encaja con lo que debería ser.” ¡Ten fe! Atrévete a salirte de lo establecido. Atrévete a mostrar tu luz a través de lo que dices, de lo que haces, a través de tus ojos, a través de tu voz. Sé tú mismo. De hecho, ya lo eres. Todo lo que dices —iluminación, elevación de tu vibración, purificación— ya está dentro de ti, solo ha sido oscurecido por el miedo. Se necesita valentía para ser diferente, para ser pionero de lo nuevo. Pero ese es esencialmente el propósito de tu alma: creer en “ser diferente.” Eso te conecta con tu alma, con la fuente viva. No te doblegues ante la ley del miedo, la coerción o el conformismo. Aférrate a tu originalidad. Eso es amor –esa es la función del alma y del ser humano dentro de ti. Una persona amorosa irradia luz, pero no lo hace convenciendo, predicando ni actuando. Hay, en efecto, un impulso profundo y activo que emana de ser amoroso. Eso sucede pacíficamente. Te has convertido en pacificador. Ya no necesitas luchar, ni siquiera por la luz. Estás aquí para estar en paz contigo mismo y aceptarte. Desde allí, una luz irradia hacia afuera, que tocará y transformará esta Tierra, así como a las personas y estructuras que te rodean. El amor disuelve cosas, rompe barreras, suaviza. Siente el amor que ya existe en tu corazón. Siente la llama en tu corazón. Siente cómo todas las carencias y todos los miedos desaparecen con ella.
Ahora, concéntrate profundamente en la llama de tu corazón, en esa conciencia que te ha pertenecido por tanto tiempo. Sumerge completamente tu conciencia en la luz, completamente en tu corazón. Tu campo energético está limpio, puro. El agua se ha llevado todo aquello que te impide conectarte contigo mismo. Por lo tanto, la luz de tu corazón, la llama, brilla intensamente por todo tu cuerpo y tu campo energético. Siente la cálida luz de tu corazón. No estás solo — eso es una ilusión. Estás conectado a fuerzas profundas y grandiosas, que son mucho más fuertes y superiores que aquellas nacidas del miedo y de leyes restrictivas. Eres mucho más libre de lo que crees. Deja que tu alma descienda a tu corazón, el alma trae alegría, luz, ligereza y espontaneidad. El alma es como un niño pequeño –alegre, espontáneo— y todo eso está intrínsecamente ligado.
Ahora pregúntate: «¿Qué puedo hacer en mi vida, algo concreto que apoye este fluir del alma?». ¿Qué te ayuda? ¿La alegría, la espontaneidad, la creatividad, experimentar la abundancia? Todo dentro de ti, todo en tu vida —incluidas las fuerzas que te rodean, tus guías y ayudantes— quiere apoyarte y animarte a conectar con tu alma. Y si te alejas de ello por un momento, está bien. Siempre hay suaves empujoncitos a tu alrededor para ayudarte. Sentimos un profundo respeto por ti y por lo que haces aquí en la Tierra. Eres portador de lo nuevo, y eso requiere valentía y perseverancia. Has superado muchos miedos. Siempre estamos ahí para ti. Y si por un momento dejas de escuchar la voz de tu alma, te la cantaremos.
Finalmente, conecta con la Tierra a través de tus pies…dirige allí tu atención hacia ella. Siente la Tierra viva a través del suelo de esta habitación y recuerda que está viva. La Tierra está viva. Nada está muerto en tu realidad –todo está vivo. La Tierra está animada, la materia está animada. La Tierra te da la bienvenida; ella desea experimentar y apoyar la luz de tu alma. En verdad, hay tantas fuerzas a vuestro alrededor y la Tierra desea que cada uno de vosotros florezca como individuo y que seáis felices.
Creed en el Poder de la Tierra, en el Poder del Cielo, y confiad en ello.
¡Les doy la bienvenida a todos, los amo a todos! No estoy separado –somos uno.
© Pamela Kribbe
Traducido del inglés por Isabel Suarez-Perez


One thought on “El Nacimiento del Amor en la Tierra”
Muchisimas gracias. Hermoso y reconfortante. Gracias. Un abrazo grande.