La Piedra
Abrazando la danza entre el cuerpo y el espíritu
Jeshua canalizado por Pamela Kribbe
Mis queridos amigos,
Yo Soy Jeshua. Los saludos a todos ustedes. Todos ustedes son seres de luz. Han venido a la Tierra a esparcir vuestra luz. Al hacer esto encuentran resistencia. Son confrontados con la oscuridad. ¿De qué se trata realmente este juego entre la luz y la oscuridad? ¿Cuál es el propósito de la resistencia y de la oscuridad que han estado experimentando?
Estar en la luz significa estar en un estado de conciencia en el cual ustedes se dan cuenta de vuestra unidad con todo lo que es. Si están en la Luz, si son la Luz, se sienten completamente libres e infinitos. Saben que son parte de una totalidad mayor y sienten que son profundamente abrigados dentro de esta red infinita de conciencia viva. La Luz es vuestra conexión al Uno.
La Luz por naturaleza no tiene forma. No es dependiente de ninguna forma material. Es libre de las restricciones del tiempo y del espacio. Ustedes no son la forma material que vuestra conciencia habita en este momento. Ustedes no son vuestro cuerpo, no son la carne y los huesos de los cuales está hecho vuestro cuerpo, no son el género ni las características que pertenecen a vuestra personalidad actual. Ellos son parte de ustedes, pero ustedes son mucho más. Son su origen, el creador divino.
Vuestra alma infinita ha habitado en muchas formas de vida diferentes y ha experimentado un gran número de vidas a través del universo. Estas experiencias los han enriquecido de maneras que ustedes aún no reconocen. Vuestro a veces arduo viaje a través de la encarnación es nada menos que el modo en que Dios se expande a sí mismo. Vuestro viaje a través de la forma es significativo porque permite que toda la creación se expanda y prolifere de maneras nuevas y enriquecedoras.
Yo sé que a veces ustedes no lo sienten así. Ustedes pueden llegar a abrumarse por la falta de luz y conexión en la Tierra. Yo lo sé. Estoy aquí para encender una chispa de remembranza en vuestra alma. Si ustedes recuerdan quiénes son realmente, se dan cuenta de que vuestro centro divino aún está entero e intacto a pesar de todo por lo que han pasado. Sentir vuestra totalidad puede darles una sensación de alivio o incluso un sentimiento de éxtasis. Aquí es cuando ustedes saben que están dando con la verdad. Ustedes recuerdan la verdad de quiénes son: un alma divina con infinitas posibilidades. Estoy aquí para recordarles quiénes son y para inspirarlos a traer esa conciencia a vuestra vida diaria.
No hay una verdadera brecha entre el ustedes humano y el ustedes divino. Vuestro ser divino no está en algún otro lugar. Para empezar no está ubicado en el tiempo y en el espacio. Si ustedes quieren conectarse a él ahora mismo, pueden hacerlo dando un paso atrás por un momento en asuntos que abruman vuestra mente y emociones. Imaginen que vuestra conciencia se vuelve más grande, apartándose de estos asuntos y entrando a un espacio de conciencia abierta. Dentro de este espacio no hay necesitar o querer, sólo hay ser. Puede parecer como si esto no fuera a ayudarlos a resolver ningún problema en vuestra vida, pero yo los estoy invitando a simplemente intentarlo. ¿Pueden cambiar vuestra conciencia y tan solo observarse de un modo tranquilo y despreocupado? ¿Pueden estar con ustedes mismos sin juzgarse o interferir? Ustedes encontrarán que al hacer esto se vuelven calmos y más relajados. Si vuestras emociones, pensamientos o sensaciones físicas los arrastran afuera de este espacio calmo, no se preocupen. Déjenlo ser. Observen qué sucede. En algún momento descubrirán que entrar en este espacio de conciencia silenciosa es una herramienta poderosa para recordar quiénes son.
Esta herramienta siempre está disponible para ustedes. Ustedes pueden permanecer en contacto con vuestra totalidad, con el espacio de libertad interior, por medio de mantener siempre cierta distancia de las cosas que los perturban, o aún de aquellas que los excitan de un modo positivo. Manteniendo cierta distancia ustedes conservan la conciencia viva de que estas cosas nunca los definen totalmente, aunque en verdad son importantes en vuestra vida. Ustedes son más que las emociones y los sucesos que transpiran en vuestra vida. Dentro de ustedes hay una presencia que silenciosamente pero aún así intensamente observa ir y venir todos estos sucesos y experiencias. Esta presencia es indestructible. Es la fuente de la vida misma.
En vuestra vida en la Tierra ustedes eligieron conectar temporalmente vuestra conciencia con el cuerpo, una forma. Hay una razón para esta elección. El cuerpo es muy precioso. Es una admirable proeza el hecho de que ustedes puedan enfocar vuestra conciencia de tal manera que los identifica parcialmente con un cuerpo, con la persona que son ahora, hombre o mujer, con todos los talentos y características que les pertenecen. Sin embargo, por favor no cometan el error de creer que son este paquete de características. Ustedes son la conciencia que los experimenta. Este conocimiento puede ponerlos en libertad.
El ustedes divino, vuestro ser despojado hasta el núcleo, es como un amplio espacio abierto, vacío y aún así lleno de vitalidad y potencial. Ésta es la parte de ustedes que es Dios. Éste es el Hogar. Si ustedes se conectan a esta parte vuestra sienten alivio, alegría y libertad. Se sienten a salvo. Estar en la oscuridad significa que se sienten separados de su centro, de su conexión con la totalidad. Se sienten disipados del amplio espacio interior que por sí sólo puede traerles la paz y la alegría que están buscando. Todo el sufrimiento se origina desde esta sensación de desconexión. Es el dolor más severo que vuestra alma puede experimentar.
Comprender el propósito de la oscuridad
¿Por qué las almas siempre eligen experimentar la separación? En el momento en que ustedes eligen encarnar y vivir dentro de una forma material vuestra luz queda limitada y restringida. Vuestra conciencia se reduce y ustedes pierden vuestro sentido de infinitud. Ustedes tienden a perder la conexión con el ustedes real, el que es amorfo, libre e ilimitado. Especialmente para las almas jóvenes, quienes están en la etapa inicial de su viaje de encarnación, es fácil olvidar e identificarse con la forma que ellos habitan. Es un signo de madurez cuando un alma es capaz de habitar totalmente un cuerpo humano y al mismo tiempo comprende que no es el cuerpo sino aquél que lo experimenta y le da vida. A medida que el alma evoluciona nace la conciencia de que hay algo trascendiendo el cuerpo, la forma material enfocada en el tiempo y en el espacio. El alma madura se abre a la dimensión de lo amorfo y comienza a reconocer que su propia esencia reside ahí. Al hacer esto el alma evolucionada será capaz de traer la conciencia de unidad dentro del reino de la forma material.
¿Por qué un alma elegiría aventurarse en el viaje de la encarnación? ¿Por qué ustedes eligieron estar confinados por la forma material, por el ciclo del nacimiento y de la muerte y todo lo que viene con eso? ¿No habría sido mucho más feliz haberse quedado todo el tiempo en un estado de unidad infinita? Háganse esta pregunta. Algunos de ustedes podrían decir ahora mismo que si fuera posible no volverían a encarnar otra vez. Ustedes me dirían que la vida en la Tierra es demasiado dura, demasiado oscura y que añoran terriblemente ir al Hogar y quedarse ahí por siempre. Sin embargo, yo les estoy diciendo que vuestra alma eligió experimentar esta vida que están viviendo en la Tierra al igual que eligieron experimentar todas las vidas que vivieron en la Tierra. Hay una parte de vuestra alma que ama danzar con la materia, y yo les estoy diciendo que ésta es la parte más divina, sagrada y creativa de ustedes.
Dios desea traer luz dentro de la forma material. El Espíritu (a quien uso como sinónimo de Dios) creó la materia para que la Luz tome forma y sea experimentada por ella misma. La creación de la materia puso en juego la danza de la conciencia y de la materia: la danza del cuerpo y del espíritu. La interacción entre el cuerpo y el espíritu es la manera de Dios de crear. Ustedes – como un espíritu habitando un cuerpo – son el despliegue de la creación de Dios. A medida que vuestra alma va evolucionando y madurando, va adquiriendo la capacidad de sostener la luz del Espíritu y de expresarla a través de un cuerpo. El arte de vivir en un cuerpo es manifestar la libertad del Espíritu dentro de la dimensión material. Cualquier cosa en la dimensión material que es iluminada desde adentro por la conciencia del Espíritu irradia belleza y vitalidad y agrega algo importante a la vida. La luz encarnada es la luz más preciosa que existe. Al encarnar vuestra luz del alma en la Tierra, en la forma material, ustedes están expandiendo la creación de Dios. Ustedes están creando algo nuevo y contribuyendo en algo a la totalidad que no habría existido sin su presencia única.
La abundancia de formas de vida que existen en la Tierra, en los reinos animal, vegetal y mineral, reflejan el deseo del Espíritu de manifestarse de diversas maneras. La belleza y variedad de la vida en la Tierra ha evolucionado a partir de la danza entre la materia y el espíritu, entre la conciencia y la forma. Dios anhela expresarse en diferentes formas, porque enriquece la creación y porque permite a todos los seres experimentar la belleza, la alegría y la aventura en sus ciclos de vida. Todos los seres son chispas del Espíritu. Viajar a través de diferentes formas y conocer la vida desde muchas perspectivas diferentes trae profundidad y sabiduría a vuestra alma. Incluso la experiencia de la separación, de la oscuridad, puede ayudar a enriquecer la creación.
Ustedes son Dios. Ustedes alguna vez hicieron la elección de descender dentro de la materia y hacer brillar vuestra luz mientras habitaban una forma limitada. Esto no es algún castigo que tengan que soportar. Es el resultado de una elección sagrada que hicieron como parte de Dios. Ustedes realmente son un Creador. Más allá de la resistencia que puedan sentir ahora mismo hacia su vida en la Tierra, hay un profundo y constante deseo en vuestra alma de traer luz a la realidad densa de la Tierra. Hacer brillar vuestra luz sobre las partes oscuras de la realidad terrestre, adentro y afuera, es verdaderamente vuestro llamado del alma. Si ustedes hacen esto experimentan una especie de satisfacción que toca vuestro corazón más profundamente que cualquier otra cosa. Incluso la visión de estar ahí arriba en el cielo en eterna dicha y paz palidece en comparación. Esto es porque está en vuestra naturaleza como un ser divino danzar entre el cuerpo y el espíritu. Es esta danza que constituye la esencia de la creatividad. Ustedes, quienes por momentos se sienten desanimados por vivir en un cuerpo humano en la Tierra, sentirán alegría otra vez no por abandonar la danza por completo, sino por saber cómo traer vuestra luz a la oscuridad.
La oscuridad y la densidad son parte de la vida en la Tierra. Cuando ustedes experimentan la oscuridad o la densidad en vuestra vida sienten que la energía es pesada, lenta y atascada. Ustedes sienten una falta de movimiento, de libertad y de fluidez. Siempre que haya este tipo de densidad, habrá pensamientos o emociones negativos, lo cual revela un sentido de desconexión y de separación. Ya dije antes que sentirse desconectado del Espíritu, lo cual significa sentirse separado de vuestra propia esencia, es el dolor más severo que un alma puede experimentar. ¿Cómo remedian ustedes esta sensación de separación, lo cual los hace sentirse emocionalmente heridos y dudosos del significado de la vida?
Llevar vuestra luz dentro de la oscuridad
Hoy los invito a encontrarse con la parte más densa dentro de ustedes y a darle la bienvenida con un corazón abierto. En la vida cotidiana ustedes experimentan vuestras partes más densas en áreas de la vida en las cuales vuestra energía difícilmente fluye. Esto puede ser en el trabajo, en las relaciones, en la salud o en cualquier otro aspecto de vuestra vida. En esta área es más difícil para ustedes aceptarse a ustedes mismos o lo que la vida tenga para ofrecerles. Experimentan ese aspecto de la vida como una carga, como algo que no debería haber existido. Ustedes se sienten bloqueados, estancados y yo los invito a visualizar esta densidad como una piedra que ustedes acarrean, así como el proverbial “peso agobiador alrededor del cuello”.
Ustedes pueden sentir que la densidad que experimentan es debido a circunstancias externas. Pueden sentir que ha sido causada por el rechazo, la traición o la violencia de otras personas. O podrían decir: yo no concuerdo con la vida en un lugar que es tan oscuro y denso como lo es la Tierra. Es comprensible que esa parte de ustedes reaccione de esa manera. Es la parte de ustedes perpleja y sobresaltada que se ha olvidado del verdadero poder dentro de su ser. Es un niño interior traumatizado hablándoles a través de estos pensamientos negativos. Este niño se siente una víctima, se siente abandonado y desconectado. Yo los invito a reconocer la parte más sabia y luminosa de ustedes, cuyo único propósito es traer a aquél niño al hogar. Tienen que hacer una elección. ¿Se identifican con el niño interior traumatizado, o con la parte brillante y entera de ustedes que es capaz de sanar al niño?
El origen de vuestro sufrimiento no yace en la densidad u oscuridad de la realidad externa. Está en vuestra sentida incapacidad de elevarse sobre las partes más densas dentro de ustedes y de abrazarlas con vuestra luz y verdadero resplandor. Sintiéndose victimizados por la parte densa, ustedes se resisten a ella y quieren librarse de ella. Echar afuera una parte de ustedes los hace sentirse desgarrados por dentro. Vuestra alma no estará en paz hasta que el niño perdido haya vuelto al hogar.
Imaginen que ustedes están acarreando una piedra alrededor del cuello. Echen una mirada y vean cuán pesada o grande es la piedra. Dejen libre vuestra imaginación. La piedra contiene todas las emociones con las que tienen dificultades y todos sus pensamientos negativos acerca de vivir en la Tierra, tales como “Yo no soy bienvenido”, “la gente no me comprende”, y así. La piedra acarrea vuestro miedo así también como vuestra resistencia a la vida. Simboliza lo que se ha quedado atascado y bloqueado dentro de ustedes. Por lo tanto, la piedra también señala vuestra misión en la vida. Es vuestra misión del alma traer luz a las partes más densas de vuestro ser.
Es vuestro propósito de vida hacer brillar luz sobre las partes endurecidas y petrificadas de ustedes. Esparcir luz en la Tierra es primero y principal llegar a la oscuridad interior. Tan pronto como ustedes abracen este viaje interior, vuestra luz automáticamente irradiará afuera hacia los demás y los inspirará a hacer lo mismo. Ustedes no tienen que enfocarse en lo que necesita ser remediado en el mundo. Enfóquense en vuestra propia piedra. ¿Ven una imagen de ella? ¿Qué colores tiene? ¿Cómo se siente cuando la levantan? Díganle hola a la piedra y sosténganla con cariño. Permitan que vuestra conciencia fluya dentro de la piedra y sientan la energía dentro de ella. ¿Sienten ira, angustia, o miedo? Dejen que la piedra les cuente su historia.
Recuérden que ustedes, quienes están sosteniendo la piedra, son un ser de luz viva. Son totales y enteros, sostenidos con seguridad por los brazos de Dios. Ahora observen qué le sucede a la piedra tan sólo al sostenerla y poner vuestra atención en ella de un modo abierto y acogedor. Se transformará. Mientras se conecten a ella desde su centro divino, rodeándola con aceptación y serena comprensión, ustedes la riegan con chispas de luz. La piedra es encendida por dentro. Vuestra conciencia lleva vida y movimiento dentro de la piedra. Ya no es más fría y pesada. Gradualmente se transforma en una piedra preciosa. La estructura de la piedra ha cambiado debido a vuestra atención amorosa. Echen una buena mirada y vean qué color y forma toma.
Ahora pregúntenle a la piedra: “¿Cuál es tu regalo para mí?” ¿Qué clase de cualidad sienten que está presenta en la piedra? Siéntanla desde adentro. ¿Es compasión, es paciencia, es la habilidad de rendirse y confiar? ¿Es tranquilidad, es coraje o es alegría? Reciban el regalo. Al principio esta piedra contenía una energía oscura y estancada. Luego de que la abrazaron con el calmo poder de vuestra verdadera naturaleza se transformó en un tesoro. No será simplemente neutralizada; será transformada en una piedra preciosa, reflejando vuestra belleza interior y sabiduría. Lo que en un comienzo era un peso agobiante alrededor del cuello se ha vuelto una joya preciosa. Levanten la piedra y vean cómo resplandece y brilla en una forma y color que refleja vuestra energía única. Dejen que la piedra preciosa entre a vuestro cuerpo y vean a dónde va naturalmente. ¿A qué parte de vuestro cuerpo la piedra va espontáneamente? ¿Qué efecto tiene en ustedes? Tendrá un efecto sanador en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu.
La vida continuamente los invita a volcarse hacia vuestras partes densas, oscuras y estancadas. La danza entre el cuerpo y el espíritu es como una danza entre la luz y la oscuridad. Tan pronto como ustedes reconocen vuestra verdadera naturaleza, la danza va dejando de ser una lucha. Se vuelve una dicha. En cuanto se vuelven conscientes del poder transformador del ustedes divino e invitan a la oscuridad a salir a la superficie, la danza de la luz y de la oscuridad da origen a joyas preciosas que muestran cómo la luz puede viajar dentro de las partes más densas de la realidad. La joya es el resultado de la integración de la conciencia en la materia, el fruto de la danza entre el cuerpo y el espíritu. La vida los invita a ejecutar esta danza una y otra vez. Siempre que sientan negatividad u oscuridad en vuestra vida, por favor no juzguen. Lleven la piedra a vuestra imaginación. Acójanla y conéctenla a la parte de ustedes que aún no está iluminada por vuestra conciencia divina. Cuiden la piedra. Vuestra atención amorosa es la clave para encender la piedra desde adentro. Al hacer brillar vuestra luz sobre las partes densas y oscuras en vuestro interior, ustedes abrazan la danza de la creación y Dios nace en la Tierra a través de ustedes.
© Pamela Kribbe
Traducido del inglés por Sandra Gusella