Más allá de la dualidad
Pamela Kribbe canaliza a María Magdalena
Queridos hombres y mujeres,
Soy María Magdalena. Me presento aquí con alegría. He sido humana, exactamente igual que vosotros, ¡y me encantó serlo!
Sé que a menudo sentís que ser humano supone llevar una pesada carga, pero os ruego que comprendáis que únicamente siendo humanos podéis experimentar intensas emociones y revelaciones. Es cierto que la consciencia de vuestra alma queda parcialmente velada cuando sois humanos y estáis en la Tierra, pero ese velo parcial os da la posibilidad de experimentar la vida, con todos sus altibajos, de manera muy íntima y profunda. Y es esa hondura de vuestra experiencia lo que os torna sabios. Para mí, el rostro de un anciano o de una anciana, unos ojos dulces en un rostro arrugado, es mucho más hermoso que el rostro de un ángel. Yo honro al ser humano.
Los seres humanos son hombres o mujeres, y su género es una parte determinante de quienes son. Cuando pasáis por la experiencia de ser humano, vuestro género influye enormemente en la manera en la que respondéis a la vida. Cuando bajáis a la Tierra como almas encarnadas en un cuerpo humano, captáis las energías colectivas de los hombres y mujeres tal y como operan en la Tierra. Por lo tanto, todos y cada uno de vosotros, al convertiros ya sea en hombre o mujer, quedáis lastrados por algunas de las cargas del pasado.
Cuando, al bajar a la Tierra, elegís convertiros en mujeres, os toca lidiar con algunos de los temas con los que las mujeres han venido lidiando durante muchas generaciones. Os identificáis principalmente con la energía femenina y, a medida que os hacéis mayores, os vais autodefiniendo, primero y ante todo, como mujeres. Os voy a pedir, si sois mujeres, que sintáis con claridad vuestra energía femenina y, si sois hombres, que sintáis con claridad vuestra energía masculina. A continuación, voy a pediros que os deis cuenta de que, aunque seáis conscientes de esa energía femenina o masculina, hay un aspecto de vuestra consciencia interna que va más allá de lo masculino y lo femenino. Y es en virtud de esa consciencia que trasciende la dualidad por lo que empezáis a sentir las energías en el marco de la misma.
En la actualidad, se está produciendo un cambio de consciencia y uno de los aspectos más importantes de dicho cambio es la renovación de las relaciones entre hombres y mujeres. Hombres y mujeres se han convertido mutuamente en extraños. Debido a los prejuicios del pasado acerca tanto de lo masculino como lo femenino, los sexos se han distanciado el uno del otro. También ha habido, por supuesto, violencia entre ambos y la propia sexualidad, que es un ámbito sagrado, ha sido violada. En vuestra sociedad recibís, por medio de las revistas, la televisión y las películas, un montón de ideas sobre la sexualidad y la belleza, pero apenas existe intimidad auténtica y real entre hombres y mujeres, y esta situación tiene que cambiar. Solo podremos construir un nuevo mundo cuando hombres y mujeres comiencen de nuevo a amarse con reciprocidad.
Quisiera hablar, primero, sobre la energía femenina. Cuando una mujer no se siente respetada en su energía femenina, se retira de los centros energéticos inferiores de su cuerpo, en particular, del abdomen. Los casos más extremos de falta de respeto son el abuso y la violencia sexual, y esto puede resultar tan traumático que lleve a la mujer a disociarse de su cuerpo. Existen también otras formas de violencia menos extremas, como cuando se les dice a las mujeres que sean como los hombres y que no valoren su energía femenina. La consecuencia es que su auténtica naturaleza se ve negada o reprimida, por lo que es raro que las mujeres se sientan realmente a gusto con su feminidad y consigo mismas.
El corazón de las mujeres es necesario, sobre todo en esta época, para cambiar la realidad. La habilidad de conectar íntimamente con los demás, la habilidad de empatizar, es imprescindible para cerrar la brecha entre las personas y las naciones. Pero si las mujeres no pueden sentirse verdaderamente orgullosas de sí mismas ni ocupar el lugar que les corresponde, la hermosa energía de su corazón no se expresará realmente en el mundo. Por tanto, os pido a cada uno de vosotros que llevéis vuestra atención a la zona del abdomen y que imaginéis que justo en su centro mana una fuente de poder, de vitalidad, de luz. Aquí es donde la energía de vuestra alma se arraiga en la Tierra. Imaginad que, cada vez que respiráis, tocáis esa fuente interna de fortaleza. Sentid la energía femenina de la Tierra y permitid que fluya hacia arriba, que suba por vuestras piernas.
Mirad a ver si podéis encontrar a una niñita en vuestro abdomen. ¿Qué aspecto tiene? ¿Se siente a gusto consigo misma? ¿Puede expresarse tal como es? ¿Se considera bonita? ¿Se siente feliz con su propio cuerpo? Imaginad que esta niñita corretea desnuda y libre en medio de la naturaleza; que siente el aire, el viento y el suelo bajo sus pies, y que se siente profundamente conectada con la Tierra y con todos los elementos. No le preocupa su aspecto ni lo que los demás piensen de ella; es una niña indómita, pero con un corazón muy puro. Esta es la energía que la sociedad necesita ahora mismo. La energía femenina auténtica es indómita y juguetona, a la par que muy receptiva y tierna.
Muchas de vuestras tradiciones están aún dominadas por una forma de energía masculina que puede ser muy rígida y que se basa en normas estrictas, por lo que también quisiera decir algo acerca de esta energía. Durante siglos, la energía masculina ha venido operando en modo de supervivencia. Se ha sentido desconectada de la energía femenina, lo que significa que los hombres, a nivel individual, se han sentido desconectados de sus sentimientos. Cuando se los entrena para el desempeño y la competición, para triunfar en la vida y no mostrar sus emociones, los niños se desconectan progresivamente de su energía femenina. Esto resulta en una sensación de vacío en su interior, así como en una especie de rabia o sospecha hacia las mujeres. Por lo tanto, al igual que las mujeres, los hombres también sufren, pero de distinta manera. Mientras que a ellas no se les permite utilizar su poder y fortaleza, a ellos se los desconecta de su lado afectuoso y amable, y la consecuencia es el desencuentro entre unos y otras.
Ha llegado el momento de la sanación, el momento de comprenderse. En todos vosotros hay una consciencia que trasciende tanto lo masculino como lo femenino, ya que todos habéis vivido vidas en ambos cuerpos, habéis tenido ambos géneros. Así pues, pedirles a las mujeres que se adueñen de su fuerza y poder no consiste en un acto de hostilidad hacia los hombres. Lo que les pido a las mujeres es que reivindiquen su independencia, que se afirmen como las mujeres hermosas y sabias que son, y que no dependan de un hombre en sus vidas, sino que hagan uso de su propia energía masculina. Al hacerlo, los hombres sentirán que se les permite más conectar con su energía femenina, motivo por el cual es tan importante que equilibréis las energías masculinas y femeninas dentro de vosotros. Cuando hombres y mujeres se sientan más completos por sí mismos, les será más fácil aproximarse. Las relaciones de pareja entre hombres y mujeres constituyen una parte esencial de la condición humana y pueden ser fuente de gran alegría e inspiración. Pero esto solo es posible cuando ambos sexos asumen la responsabilidad de sus propias heridas y se tratan con respeto mutuo.
Para terminar, os voy a pedir que penséis en alguien de vuestra vida, tal vez del pasado, que sea del sexo opuesto y que conocisteis o conocéis muy bien, y que utilicéis vuestra energía femenina para intentar comprender de verdad a esa otra persona. Quizás hay algo en su comportamiento que os molestó o disgustó, y que no habéis llegado a entender realmente. Tratad de ser lo más receptivos posible e intuid lo que llevó a ese comportamiento o qué se siente al ser esa persona. E incluso aunque no lo entendáis del todo, intentar hacerlo constituye un acto de benevolencia que tiende un puente hacia el otro sexo. Al hacerlo, no tenéis que renunciar a quienes sois, podéis permanecer independientes y fieles a vosotros mismos. Solo si vuestra energía masculina es fuerte, puede serlo también vuestra energía femenina.
Muchas gracias a todos por estar aquí hoy. Me encanta estar con vosotros.
© Pamela Kribbe
Traducción de Laura Fernández
2 thoughts on “Más allá de la dualidad”
Gracias María Magdalena por ayudarnos a sanar la dualidad en nosotros. Gracias Pamela por tu maravilloso trabajo. Namasté.
Hacia la Consciencia no condicionada, fuente del Puro Amor…
Precioso mensaje. Sabiduría del sentir.
Magníficas vuestras aportaciones.
Muchas gracias.